entre el retraso y la mala planeación

Ya es común, que la Secretaria de Obras de la ciudad, incumpla los tiempos de terminación de las construcciones más importantes de la capital del país. Testimonios irreprochables lo constituyen el retraso en el reforzamiento de la Línea 12 del Metro, el desfase en tiempos en la modernización de las estaciones de la Línea 1 del Sistema de Transporte Colectivo y ahora para no cambiar la esencia de la Secretaria, el significativo retraso e inoperancia en el Tramo 3, del Tren Interurbano México-Toluca.
Los desfases en las obras han provocado graves afectaciones a los vecinos, así como pérdidas millonarias a las que se suman las erogadas por el Gobierno de la ciudad por la mala ejecución y la de los usuarios que han trastocado sus tiempos de traslado, pagando taxis o transportes alternativos, además de la violación a su derecho de optimizar sus tiempos de tránsito para ocupar los lapsos restantes con la familia o en actividades de interés para ellos. Además de su derecho a un transporte eficiente.
Como consecuencias adicionales, están los severos daños a la salud y a la tranquilidad emocional de las personas que residen en las inmediaciones de las obras. Pues al perderse tiempos valiosos por la deficiente supervisión a las empresas que se retrasan hasta por meses, cuando se llegan los plazos fatales de entrega, se les exige que trabajen día y noche sin importar los molestos y dañinos efectos de laborar a marchas forzadas, sobre todo en las madrugadas, violentando el sueño y la tranquilidad emocional de los vecinos.
En el caso del Tren Interurbano México-Toluca, luego de un amplio periodo de inactividad, el presidente Andrés Manuel López Obrador y la ex jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dieron luz verde al reinicio de la obra. Posterior a ello, se avanzó en los procesos de indemnización a los ejidatarios de Acopilco y se contrataron nuevas empresas, que ahora laboran en el último tramo de esta vía. Así, se llegó a la intervención del segmento de barranca, comprendido entre las colonias la Estrella, Privanza, Las Cuevitas, Real del Bosque, Boscoso y Zenón Delgado de la alcaldía Álvaro Obregón.
Donde se trabaja casi las 24 horas del día, con especial énfasis en las noches y las madrugadas, afectando a una población mayoritaria de niños y personas de la tercera edad, con los descomunales ruidos en la colocación de dovelas del circuito elevado, los sonidos permanentes de las alarmas de seguridad de grúas y camiones, que rebasan los decibeles establecidos en las normas de la PAOT. Además del movimiento de la impresionante maquina Lanzadora, que soporta las estructuras por donde circularan los trenes. A estas molestias se suman los gritos y maldiciones de los trabajadores de la construcción, que laboran en una zona que, dada su conformación geográfica, magnifica y expande los sonidos, dando paso al llamado efecto Doppler.

Imagen tomada de: Diario la Jornada.
Por estos motivos, vecinos organizados de la franja, solicitaron la intervención del Jefe de Gobierno Martí Batres y del Secretario de Gobierno Ricardo Ruiz, quienes ordenaron el establecimiento de mesas de trabajo, con objeto de que se les diera a conocer a las personas afectadas, los tiempos previstos de las obras, los procesos que se pondrán en marcha para reforestar los miles de árboles talados, así como las acciones de mitigación para evitar más daños a la fauna y flora endémica del lugar. Pero, sobre todo, ceñir las actividades al respeto de la ley en cuanto a los horarios laborales y la no generación de ruidos que rebasen los decibeles permitidos por la PAOT.
Con la diligente labor de Adriana Contreras, Dirta. Gral. de Gobierno, se han llevado a cabo dos sesiones de información y acuerdos, donde los vecinos han externado su malestar por las labores en la madrugada, con las que se invade su privacidad y afecta seriamente su descanso y la reposición de energías para afrontar las labores del siguiente día.
Hasta el momento y a pesar de la solicitud de los funcionarios de la Secretaria de Gobierno, el Secretario Jesús Esteva y su equipo han hecho caso omiso al establecimiento de un horario comprendido entre las 7:00 y las 23:00 hrs., para permitir el descanso de las personas. Esto como muestra de la disposición y buena voluntad de los vecinos, pues el Reglamento de Construcción para la CDMX, establece un periodo de actividades de las 8:00 a las 18:00 hrs.
La respuesta es tan llana como abusiva: “se tienen que concluir los trabajos, no podemos parar”. Con ello, no cabe duda la arrogancia y despotismo que ya no es propio de la época en la que vivimos, así como de la falta de sensibilidad de servidores públicos que están acostumbrados a pasar por encima de las peticiones vecinales.
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