El Manejo de la Ansiedad en la Práctica Odontológica 2
Dr. Pedro Moreno / Dr. Julio Martín / Dra. Patricia Nafria

PRIMEROS AUXILIOS PARA LAS CRISIS DE ANSIEDAD
¿Por qué me dan la crisis de ansiedad?
La crisis de ansiedad suele ser un “síntoma” de otros problemas no resueltos. ¿Qué problemas “no resueltos” son esos? Hay personas con dificultades para manejar sus relaciones con los demás. Otras
personas se involucran en el trabajo en un nivel agotador, más allá de lo justificado. Algunas personas se mantienen en situaciones personales que internamente viven como insufribles... En realidad, son muchos y variados los problemas sin resolver que pueden dar la cara como una crisis de ansiedad. El elemento común que presentan todas estas personas es la vivencia de un estrés personal elevado.
Ese estrés personal, unido a una cierta predisposición familiar, es la causa de las crisis de ansiedad. Generalmente las personas que experimentan crisis de ansiedad cuentan con antecedentes familiares
de ansiedad en padres, tíos, abuelos o hermanos. Debemos entender que se heredan ciertas características físicas relacionadas con la reacción ansiosa, pero también se aprende a vivir y a relacionarse con los síntomas de ansiedad de forma similar. No es cuestión de entrar aquí en el debate eterno herencia/aprendizaje, se trata de ser conscientes de que existe la vulnerabilidad o predisposición a padecer problemas de ansiedad y de que esa vulnerabilidad tiene raíces en lo biológico y raíces en la tradición cultural y de la familia.
Finalmente, un tercer componente necesario para que ocurra la crisis de ansiedad es algún contacto con información que facilita la interpretación catastrófica de las sensaciones corporales. Muchos de
mis pacientes han oído que un vecino “tuvo un dolor fuerte en el pecho y lo ingresaron prácticamente muerto de un infarto”, o que “le dio un dolor de cabeza fuerte y resultó ser un derrame cerebral”.
Cuando una persona sufre estrés y tiene antecedentes familiares de ansiedad, tan sólo es necesario que surja una interpretación catastrófica de las sensaciones de la ansiedad para que salte la chispa de la
crisis de ansiedad. Por eso “dan” las crisis de ansiedad.

La hiperventilación, un elemento clave en el control de las crisis.
La respiración tiene un papel muy importante en el desarrollo y mantenimiento de las crisis de ansiedad inesperadas. La respiración está muy relacionada con las emociones, por eso se acelera o se calma
en función del estado emocional.
Cuando estamos nerviosos la respiración tiende a aumentar su ritmo; cuando estamos tranquilos la respiración se hace tranquila y relajada, casi imperceptible. Cuando dormimos la respiración se hace profunda y abdominal.
En los estados de estrés y ansiedad es típico que la respiración se haga rápida, superficial y torácica (con la parte superior del pecho).
Definimos la hiperventilación como el aumento en la tasa de respiración por encima de las necesidades de oxígeno del organismo, en un momento dado.
Esto provoca un descenso proporcional del anhídrido carbónico en la sangre que, a su vez, genera cambios funcionales en el organismo.
La bajada de anhídrido carbónico produce, paradójicamente, una disminución de oxígeno en determinadas zonas del cerebro para favorecer el aumento de la capacidad del organismo para responder ante una amenaza real: los músculos se tensan, el corazón late rápido, la sangre va hacia las extremidades
y se refuerza la reacción más primitiva de supervivencia, el miedo.
Como efecto colateral tenemos que la hiperventilación genera cansancio general, taquicardia, sensación de mareo e inestabilidad y la sensación de que la realidad o uno mismo resulta extraño o raro, síntomas que son inofensivos pero muy desagradables.
Todos estos síntomas asociados a la hiperventilación pueden agruparse del siguiente modo:
• Síntomas centrales: Mareo, confusión, sensación de ahogo, visión borrosa y sensación de irrealidad.
• Síntomas periféricos: Aumento del número de latidos del corazón, hormigueos y pinchazos en las
extremidades, escalofríos, rigidez muscular, manos frías y húmedas.
• Síntomas generales: Sensación de calor, sofoco, sudor, cansancio y opresión o dolor en el pecho.
Para que se produzcan los síntomas de la hiperventilación es necesario que la persona esté tomando más oxígeno del que necesita en ese momento. Esto puede ocurrir por una respiración superficial y rápida, o por la realización de una o dos respiraciones de más en cada hora.
La importancia que tiene el control adecuado de la respiración de cara a dominar las
crisis de ansiedad.
Hagamos un pequeño ejercicio para estudiar tu sensibilidad a la hiperventilación.
Siéntate en un sillón y comienza a respirar tan rápido como puedas durante dos minutos.
Toma aire y suéltalo tan rápido como sea posible, como si estuvieras hinchando un globo.
Una vez transcurrido el tiempo, cierra los ojos.
Si no has notado nada, continúa durante dos minutos más con la respiración rápida y superficial, soltando el aire de la forma más abrupta que sea posible.
Si has notado los síntomas de la hiperventilación (mareo, sensación de extrañeza, opresión en el pecho, etc.), recuerda que para eliminarlos tan sólo hay que consumir el exceso de oxígeno que has tomado.
Para ello basta con dar algunos saltos enérgicos o respirar pausadamente dentro de una bolsa de plástico hasta notar que descienden las sensaciones provocadas, esta es una forma práctica de reducir la ansiedad y la hiperventilación en caso de que se presente en tu paciente, también la inhalación y exhalación profundas y controladas
Las personas sensibles a la hiperventilación suelen experimentar muchos de los síntomas que tienen en sus crisis de pánico: sensación de ahogo, sofoco, dolor en el pecho y, sobre todo, mareo o vértigo.
Algunos pacientes llegan a sentir los síntomas de la desrealización y la despersonalización cuando practican ese ejercicio, sintiéndose raros y distanciados de sí mismos o del entorno.
No obstante, no todas las personas sensibles a la hiperventilación llegan a experimentar sus síntomas cuando hacen el ejercicio. No saber de dónde vienen los síntomas los hace más terroríficos para
muchas de estas personas y, obviamente, cuando se practica este ejercicio sí se sabe de dónde vienen las sensaciones.
Necesitamos respirar, pero un exceso de inspiraciones aumenta el nivel de oxígeno en la sangre y disminuye el nivel de anhídrido carbónico. Nuestro cerebro utiliza el nivel de anhídrido carbónico para
regularse, por lo que cuando disminuye ese nivel, disminuye ligeramente el nivel de oxígeno en el cerebro –lo que produce los síntoma centrales– y disminuye el volumen de sangre en algunas partes del
cuerpo –lo que produce los síntomas periféricos–. Si en ese momento saliéramos corriendo, como hacían los humanos primitivos ante los depredadores, todo el exceso de oxígeno sería muy útil para la fisiología del cuerpo, facilitando la máxima capacidad de huida.
Los síntomas generales de la hiperventilación no tienen utilidad para facilitar la huida, pero son consecuencia normal de un esfuerzo como el que supone la respiración forzada y superficial.
La opresión o dolor del pecho se produce por fatiga de los músculos de la respiración.
Es importante aclarar que todos estos síntomas de la hiperventilación son completamente inofensivos y que, en cierto modo, tienen un valor adaptativo cuando estamos ante un peligro real.

Nota de los editores.
De acuerdo a la Dra. Patricia Nafría *1. estas tecnicas de respiración son útiles en la reducción de la ansiedad y pueden ser una estupendaa herramienta en nuestra práctica profesional.
Respiración abdominal
Para utilizar está técnica de respiración abdominal tienes de ponerte una mano en el pecho y la otra mano en el vientre e inhalar por la nariz, asegúrate de que el diafragma se infle con el aire suficiente como para ensanchar los pulmones.
Debes de realizar este ejercicio alrededor de 5 minutos realizando de 6 a 8 repeticiones lentas por minuto, conseguirás reducir la presión sanguínea y mejorar la presión cardiaca.
Respiración equitativa
Para comenzar debes de inhalar contando hasta cuatro, una vez que lo hayas hecho debes de exhalar de nuevo contando hasta cuatro, en ambos casos debes de hacerlo por la nariz ya que ofrece una resistencia natural a la respiración.
La respiración equitativa ayuda a calmar el sistema nervioso, reduce el estrés y mejora la concentración.
*1. Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid.
Psicóloga colegiada Nº: M-27.999
Máster en Terapia Cognitivo Conductual Social en el Centro de Psicología Bertrand Russell y
Máster Neuropsicología por la Universidad Oberta de Catalunya, entre otros títulos.