El Manejo de la Ansiedad en la Práctica Odontológica
Dr. Pedro Moreno / Dr. Julio Martín.

Uno de los temas presentes desde siempre en los servicios médicos y especialmente en los Odontológicos, es el manejo de la Ansiedad. De acuerdo a la estadística, este trastorno de la conducta en pacientes y profesionales de la salud, es y será una condición cada vez más frecuente en el mundo, porque existen condiciones externas que favorecen su aparición,.
Cientos de personas acuden cada año a los servicios de urgencia creyendo que tienen un infarto o un derrame cerebral. Muchos acuden por haber sentido un malestar intenso parecido a la llamada de
la muerte.
Otros dudan sobre ir o no ir a urgencias porque sienten que podrían perder el control o volverse locos.
El diagnóstico, la mayor parte de las veces, se limita a un escueto “crisis de ansiedad” o “crisis de angustia” y se remite al paciente a su centro de salud mental para tratamiento psicológico o psiquiátrico, según los casos.
El tratamiento, la mayor parte de las ocasiones, consiste en tomar medicación ansiolítica o antidepresiva durante largas temporadas, a veces con la insinuación –muy discutible– de que “nada hay de malo
en tomar medicación toda la vida, como el diabético que toma insulina”.
Sin embargo, durante los últimos veinte años se ha investigado mucho sobre el tratamiento psicológico de las crisis de ansiedad y se han logrado resultados que podríamos calificar de espectaculares, con mejorías significativas en siete u ocho de cada diez pacientes tratados con las nuevas psicoterapias.
El propósito de este material es ofrecer al profesional de la salud, a sus pacientes y a sus familiares, información básica sobre el tema, pero además, una serie de ejercicios que pueden realizar para dominar las crisis de ansiedad de quienes padecen trastorno de pánico, un trastorno de ansiedad que también recibe el nombre de “trastorno de angustia” y que se caracteriza por el padecimiento de crisis de ansiedad espontáneas y el temor a sufrir nuevas crisis de ese tipo.
La información y los ejercicios propuestos se basan en las evidencias científicas e investigación de los Drs. Pedro Moreno y Julio C. Martín. y su experiencia en el tratamiento psicológico de los pacientes que sufren trastorno de pánico y otros trastornos relacionados.
Este material, por otro lado, NO pretende sustituir los consejos del médico ni del psicólogo, es más bien una fuente de información para saber qué se dice al paciente y qué tipo de ejercicios se le recomiendan
en la terapia psicológica especializada para dominar las crisis de ansiedad.
Si tu o tus pacientes han sufrido una crisis de ansiedad, necesitas conocer cuanto antes la información clave para comenzar a dominar esas crisis y evitar su reaparición.
También es necesario que aprendas algunos ejercicios sencillos que te ayudarán a ir ganando control desde el principio sobre tus síntomas. A esto dedicamos este capítulo.
Lo que NO debes hacer.
Si estás preocupado por la posibilidad de sufrir una crisis de ansiedad existen una serie de recomendaciones básicas que debes seguir:
• Evita hablar en voz alta o más rápido de lo habitual. Habla en voz baja y despacio, procurando mantener un ritmo que no fuerce tu respiración. Hablar alto o rápido facilita la hiperventilación y puede desencadenar crisis de ansiedad.
• Evita el consumo de cafeína y otros excitantes. El café, las bebidas de cola, el chocolate, el té, las bebidas “energéticas”, son algunos productos de consumo habitual que pueden aportar excitantes suficientes para desencadenar una crisis de ansiedad.
• Evita el consumo de azúcar. El consumo de caramelos, refrescos azucarados y otros productos con alta concentración de azúcar puede provocar crisis de ansiedad en personas sensibles al descenso de los niveles de azúcar en sangre.
• Evita comer rápido. Comer rápido facilita que se produzca la hiperventilación, un proceso muy relacionado con el sufrimiento de crisis de ansiedad.
• Evita bostezar o suspirar. Los bostezos y los suspiros pueden producir una caída brusca del nivel de anhídrido carbónico en sangre y facilitar así la aparición de una crisis de ansiedad.
• Evita dormir poco. Dormir menos de lo habitual favorece la aparición de estados de irritación y estrés que indirectamente pueden dar lugar a la aparición de crisis de ansiedad.
• Evita el sedentarismo. La práctica moderada de ejercicio físico tiene un efecto beneficioso sobre los niveles de estrés y reduce la posibilidad de desarrollar crisis de ansiedad.
• No te automediques. Si tienes crisis de ansiedad y crees que necesitas medicación, no la tomes por tu cuenta, sin consultar con tu médico. Si ya estás tomando medicación, no modifiques las dosis que estás tomando sin consultarlo previamente con tu médico. En ningún caso abandones una medicación bruscamente sin la autorización de tu médico.
• Revisa la distribución de tu tiempo. La vida no es sólo trabajar. Procura establecer un reparto equilibrado de tu tiempo entre el trabajo, la familia, los amigos y tus aficiones, dejando el tiempo suficiente para dormir. La mala distribución de los tiempos te hace más vulnerable al estrés y te predispone a sufrir crisis de ansiedad. Si cambiar la distribución de tu tiempo resulta un problema en sí mismo, tal vez sea necesario revisar tu filosofía de la vida. Cada uno otorgamos distintos valores a los principales aspectos de la vida y en ocasiones se produce un desajuste entre lo que realmente valoramos como importante y aquello a lo que dedicamos más tiempo.
• Elimina el consumo de drogas. Determinadas drogas como las anfetaminas, la cocaína y otros estimulantes producen un deterioro importante de la calidad de vida personal y familiar, además de provocar crisis de ansiedad con una gran facilidad. Si consumes sustancias de este tipo es aconsejable ponerse en manos de un médico y un psicólogo especializados en drogodependencias y así reducir la dependencia física y eliminar la dependencia psicológica, que son los dos pilares fundamentales
del abandono definitivo de la droga.
El manejo de las crisis de ansiedad puede realizarse una vez controladas las adicciones o bien de modo simultáneo. Rara vez se logran dominar las crisis de ansiedad sin haber controlado previamente las adicciones.
Información básica sobre las crisis de ansiedad .
Idea clave: La ansiedad es desagradable o molesta, pero no es dañina o peligrosa.
La ansiedad, por sí sola, no provoca infartos, ni derrames cerebrales ni provoca la locura.
La falta de información adecuada tras las primeras crisis de ansiedad es uno de los motivos por los que dichas crisis llegan a convertirse en un importante problema de salud mental. No basta con saber
que se tiene “sólo ansiedad”, como se suele indicar en los servicios de urgencia cuando se acude por este motivo.
Saber cuál es la naturaleza de este fenómeno, cuáles son sus consecuencias, y qué tratamientos de los disponibles son los más útiles a medio y largo plazo, es una buena forma de iniciar el camino para dominar las crisis de ansiedad, impidiendo que se hagan crónicas y que se compliquen con la aparición de fobias invalidantes y cuadros graves de depresión.

Veamos con más detalle qué respuesta podemos dar, de entrada, a las diez preguntas que más frecuentemente formulan las personas con crisis de ansiedad. En posteriores contenidos volveremos sobre alguna de estas cuestiones, para profundizar en más explicaciones y sugerencias.
PRIMEROS AUXILIOS PARA LAS CRISIS DE ANSIEDAD
¿Qué es una “crisis de ansiedad”?
Una crisis de ansiedad es una respuesta repentina de miedo o malestar intenso, que llega a su pico máximo en cuestión de minutos (uno o dos, generalmente menos de diez minutos) y que se manifiesta por cuatro o más de los siguientes síntomas:
a. Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca
b. Sudor abundante
c. Temblores o sacudidas
d. Sensación de ahogo o falta de aliento
e. Sensación de atragantarse
f. Opresión o malestar en el pecho
g. Náuseas o molestias abdominales
h. Inestabilidad, mareo o desmayo
i. Sensación de irrealidad (desrealización) o de estar separado de
uno mismo (despersonalización)
j. Miedo a perder el control o volverse loco
k. Miedo a morir
l. Sensación de entumecimiento u hormigueo
m. Escalofríos o sofoco.

Cuando las crisis de ansiedad se presentan de forma inesperada y ocasionan miedo a la repetición de dichas crisis estamos ante un trastorno de ansiedad denominado trastorno de pánico.
Con el tiempo, sufrir crisis de ansiedad inesperadas en determinados lugares (Consulta dental, supermercados, ascensores, autobuses, etc.) puede dar lugar a una evitación fóbica de ese tipo de lugares, es lo que denominamos agorafobia.
Generalmente el hecho de sufrir una crisis de ansiedad en alguna situación determinada puede predisponer a desarrollar un temor a esas situaciones. Así, si me da una crisis de ansiedad en un consultorio dental, es muy fácil desarrollar cierta predisposición a sufrir nuevas crisis en él .
Posteriormente es probable sentir miedo ante la sola idea de ir al dentista. En mi cabeza se forma una conexión “consulta dental-crisis de ansiedad” que difícilmente se rompe por sí sola. De hecho lo normal es que, si no hacemos nada para solucionarlo, con el tiempo esa conexión incluso se fortalezca,
aunque no se vaya al dentista.
El paciente que evita ir a la consulta tiende a pensar: “No me ha dado la crisis porque no he ido;
eso me ha librado esta vez”. Y así se fortalece su miedo al tratamiento dental.
Típicamente la persona con crisis de ansiedad puede desarrollar miedo a una o varias de las siguientes situaciones:
• Salir a la calle
• Ir al supermercado o grandes almacenes
• Viajar en autobús, coche o avión
• Sentarse en el sillón del dentista
• Utilizar ascensores
• Hablar en público
• Hacer deporte o mantener relaciones sexuales
• Oír la palabra “esquizofrenia” o “locura”
La lista no incluye todos los miedos posibles, pero sí algunos de
los más frecuentes. En realidad, como las crisis de ansiedad se presentan de forma inesperada, es relativamente sencillo que se asocie el miedo con cualquier situación en la que ocurra o se repita alguna crisis de ansiedad. Continuara...