La Cadena de Supervivencia (2) en el Consultorio Dental.
- C.D. Ulises Velasco Sánchez
- 27 ago
- 4 Min. de lectura
La cadena de supervivencia en el entorno odontológico
La cadena de supervivencia constituye un modelo esencial en la atención de emergencias médicas, pues cada uno de sus eslabones está diseñado para aumentar las probabilidades de éxito en la reanimación cardiopulmonar (RCP). Sin embargo, en el ámbito odontológico este modelo enfrenta retos particulares.

El paciente se encuentra habitualmente en posición reclinada en el sillón dental, una condición muy distinta a la que se considera ideal para la aplicación de las maniobras convencionales de RCP. Esta situación plantea desafíos significativos: la limitación de espacio, la posición del cuerpo, la estructura y dinámica del sillón dental, la disponibilidad de personal auxiliar (si lo hay), o la capacidad física del odontólogo(a) cuando trabaja solo(a). Estas condiciones deben contemplarse como prioritarias en los protocolos de emergencia de nuestros consultorios.
Por ello, surge la necesidad de realizar adaptaciones al entorno clínico, con el fin de que los profesionales de la salud dental puedan aplicar un RCP eficaz, sin perder de vista la seguridad del paciente ni la del equipo de trabajo.
La presente serie de artículos busca reflexionar y aportar ideas, e incluso posibles soluciones, sobre cómo adaptar los eslabones de la cadena de supervivencia al espacio odontológico. Se abordarán aspectos prácticos y técnicos que faciliten la integración de la RCP en un escenario que, por su naturaleza, exige respuestas diferentes a las habituales.
Conviene recordar que la cadena de supervivencia es un concepto fundamental en medicina de urgencias: se trata de una secuencia de acciones rápidas y correctas que aumentan las posibilidades de supervivencia de una persona en paro cardiorrespiratorio (PCR).
En el consultorio odontológico, donde se atienden pacientes con distintas condiciones de salud y riesgo, conocer y aplicar esta cadena es indispensable. Un paro cardíaco puede desencadenarse por una reacción adversa a un medicamento, un cuadro de ansiedad aguda, una crisis epiléptica, una hipoglucemia severa, un infarto o incluso por causas desconocidas.
Finalmente, nunca debemos olvidar que un expediente clínico bien elaborado es la primera herramienta preventiva: conocer los antecedentes médicos del paciente reduce el riesgo de enfrentarse a emergencias graves.

Los eslabones de la cadena de supervivencia en el consultorio dental.
1. Reconocimiento temprano y llamada de auxilio
El primer eslabón de la cadena consiste en detectar el problema lo antes posible. En el consultorio dental, esto implica:
Identificar signos de alarma: dolor torácico, dificultad para respirar, pérdida de conciencia.
Suspender de inmediato el procedimiento odontológico.
Verificar si el paciente responde a estímulos y respira normalmente.
Activar el código de emergencia del consultorio: asignar a alguien para llamar al 911 (o al número local de urgencias) y que al mismo tiempo acerque el equipo de emergencia (botiquín, oxígeno, DEA).
2. RCP básica de alta calidad
Si el paciente está inconsciente y no respira, se debe iniciar reanimación cardiopulmonar (RCP). Según los manuales de soporte vital básico, los pasos clave incluyen:
Colocar al paciente en una superficie firme y accesible.
Iniciar compresiones torácicas al ritmo de 100-120 por minuto, con la profundidad adecuada.
Administrar ventilaciones de rescate si el personal está entrenado y cuenta con dispositivos de barrera o bolsa-válvula-mascarilla.
Continuar sin interrupciones hasta la llegada del desfibrilador o del equipo de emergencias.

Sin embargo, aquí aparece un desafío único del ámbito odontológico: ¿dónde y cómo aplicar la RCP en un paciente recostado en el sillón dental?
Este es un tema que merece especial atención, ya que la mayoría de los cursos de RCP se realizan con maniquíes sobre superficies rígidas y en condiciones muy controladas, lo cual no refleja la realidad de un consultorio dental.
Quizá como odontólogos deberíamos impulsar programas de capacitación diseñados específicamente para nuestro entorno clínico.
Puntos clave de la RCP
Superficie rígida para la eficacia de las compresiones.
Profundidad del masaje: 5–6 cm en adultos, 4 cm en niños, 2.5–4 cm en lactantes.
Frecuencia: 100–120 compresiones por minuto.
Relación compresiones–ventilaciones: 30:2 en adultos.
Rebote torácico completo entre cada compresión.
El reto del sillón dental.
El consultorio dental presenta limitaciones particulares. El sillón, diseñado para la comodidad y ergonomía del paciente, tiene superficies blandas que absorben parte de la fuerza aplicada, lo que disminuye la eficacia de las compresiones torácicas.
Durante la RCP, alcanzar la profundidad adecuada requiere ejercer entre 40 y 50 kg de fuerza en promedio, aunque esto varía según factores como:
Rigidez torácica y complexión del paciente (edad, sexo, patologías).
Tipo de superficie de apoyo.
Técnica y fuerza del reanimador.
En superficies blandas:
La energía de la compresión se pierde en la amortiguación.
La profundidad real en el tórax es menor a la percibida.
Se reduce la perfusión coronaria y cerebral.
Esto puede comprometer seriamente la supervivencia, especialmente en los primeros minutos críticos de la cadena de supervivencia.
A modo de conclusión, para esta segunda entrega. Piensa en que harías en este escenario: el paciente se desvanece y puedes presumir que esta sufriendo un paro cardiorrespiratorio, esto ocurre en el sillón dental. El paciente está recostado, con dique de hule y eyector en la boca. El instrumental abunda y el espacio para actuar es mínimo, tú estas solo (a) y un familiar del paciente está en tu sala de espera. En este entorno, donde cada segundo cuenta, la vida del paciente y todo el entrenamiento que has recibido en cursos de RCP se encuentran con un reto formidable: desarrollar la cadena de supervivencia en el consultorio dental.
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